VULNERABLE Y FEMENINA, ASÍ ES LA FOTOGRAFÍA DE PETER LINDBERGH

Nació una fría mañana de 1944 en Lissa (Alemania), por aquel entonces conocida como la antigua Alemania Oriental. Su infancia se vio marcada por la dureza de la postguerra, vivió en la granja de su tío situada en Duisburg y durante los veranos disfrutaba de las playas holandesas junto a su familia. A pesar de alistarse en el servicio militar, tardo poco tiempo en abandonarlo y empujado por sus intereses artísticos, acabo matriculando se en la escuela de artes de Berlín. Una vez finalizados sus estudios, en 1969 logra montar su primera exposición.

Su vocación por la fotografía le llego a  la tardía edad de los veintisiete, pero esto no le limito en su formación y cinco años después se convierte en el fotógrafo mejor pagado de toda Alemania. Tras su éxito, Stern (director artístico de Marie Claire) le propone trasladarse a París donde consolida y desarrolla su trabajo artístico como fotógrafo. "Me mudé a París en 1978, y desde entonces todo ha sucedido como en un dominó."

La fotografía de moda no sería lo mismo sin este gran fotógrafo. Sus imágenes en blanco y negro se han convertido en su seña de identidad. El espectador puede observar en ellas un punto de crudeza realista, el retrato despojado  de artificios. La ropa no es lo importante, sino, la mujer y la supuesta historia que envuelven sus fotografías, cargadas de un halo misterioso, convirtiéndolas en algo enigmático y hermoso. Entre las marcas con las que ha colaborado destacan Calvin Klein, Giorgio Armani, Donna Karan o Jil Sander y portadas tan célebres como la de Vogue UK en la que aparecen retratadas por primera vez todas las supermodelos de los años noventa. También ha trabajado para revistas como Rolling Stone y Harper’ s Bazaar.

Lindbergh coloca el alma y el corazón en cada imagen. En ellas se puede ver el cómo cobra importancia la mujer ante la propia ropa. Según Rei Kawakubo, la creadora de Comme des Garsons, "lo más potente del trabajo de Peter es la humanidad inherente a sus fotografías. Lo que cuenta no es sólo la ropa y las modelos, también su fortaleza''.